viernes, 29 de enero de 2010

Con la solidaridad a cuestas... en Andalucía.


Buenas noches. Antes de nada, voy a permitirme la licencia de agradecer a mi buen amigo Rafael el apunte de calidad realizado a mi entrada de ayer. Tienes toda la razón, querido amigo, y creo igual que tu, que se debería hacer más, y, sobre todo, durante más tiempo, y con más cabeza.

Como reza el título, volvemos con la solidaridad. Pero no pretendo ser recurrente. Es otro tipo de solidaridad la que me trae esta noche a sentarme ante las teclas del ordenador. Es una solidaridad partidista, sectaria, vergonzante... Al menos, en cuanto a su uso. Es una solidaridad que, si bien invocada en sus justos términos, es la correcta en esta ocasión se ha empleado para intentar engañarnos; para justificar un planteamiento simplista donde los haya; para pretender solventar una situación incomoda...

Esta mañana me he desayunado con las curiosas (por ser benevolente) declaraciones del Consejero de Empleo de la Junta de Andalucía. El Sr. Antonio Fernández, realizando una interpretación un tanto fantástica de los datos del Servicio Andaluz de Empleo, se expresaba en los siguientes términos: "cuando un hombre del sector de la construcción pierde el empleo, la respuesta en casa es vamos a ir todos, y apuntan tambien a la mujer, y al hijo si es mayor de edad. Y ese fenomeno está ocurriendo". Para quien aún no lo sepa, que me extraña, Andalucía es la Comunidad Autónoma cuyo indice de desempleo asciende al 30 % de la población activa, o susceptible de acción. Es un concepto de solidaridad un tanto peculiar. Tan peculiar, que no hay cabeza humana lo suficientemente amueblada que lo entienda. Pero, señores, es lo que tenemos, y no nos queda más remedio que soportarlo. Al menos hasta el año 2012, siempre y cuando la ciudadanía, que ya estará lo suficientemente educada por tan magnifica asignatura, despierte, se preocupe por el nivel de su clase política, y obre en consecuencia. Ahora entiendo el cierre de tantas empresas pequeñas, y las numerosas solicitudes voluntarias de concurso de acreedores. Todo es por la solidaridad. Si mi vecino cierra, voy a solidarizarme con él, y yo también me declaro en concurso. Si mi primo se queda en paro, voy a solicitarle a mi jefe que me despida, para que el pobre tenga alguien con quien hablar en la cola del paro...

Ayer me prometí no tocar el tema, pero viendo la escasa repercusión que ha tenido tamaña osadía en la prensa regional, no he podido por menos que expresar, aunque sea por escrito, la indignación que siento.

En los próximos días, siempre que la teoría de los Títulos-Valores así me lo permita, os haré llegar mis reflexiones acerca de las diferencias y similitudes de las factorías de ideas de los partidos políticos mayoritarios.

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