lunes, 2 de noviembre de 2009

Con la musica a otra parte... o no.


Parece que, en Andalucía, estamos tan aburridos, que no tenemos otra cosa que realizar cambios absurdos. En el mundo empresarial hay una máxima que reza: "Si algo funciona, no lo toques. Déjalo estar, que será lo mejor para el negocio". Esto hay que entenderlo de la siguiente manera: si algo viene siendo lo habitual, siempre y cuando no moleste, es conveniente no modificarlo, pues corre el riesgo de perder su idiosincrasia. Es como las costumbres, que no deben ser perdidas, pues suponen gran parte del patrimonio de un pueblo, villa o sociedad.

Pues bien, no salimos de una polémica cuando nos metemos en otra. Tras haber sido testigo de la absurda maniobra, por parte del Ayuntamiento de Sevilla, de intentar expulsar a una de las bandas señeras de la Semana Santa hispalense, y la consabida marcha atrás del Alcalde, por saber que no tenía sentido dicha decisión, hace un momentito he leído en El Mundo digital que el Consistorio malacitano ha prohibido a las diversas bandas, escudándose en una ordenanza municipal, practicar sus ensayos en la vía pública. Y la única muestra la han recibido por parte de Doña Teresa Porras, edil de sostenibilidad, concediéndoles, como lugar de ensayo, una de las casetas del Real de la Feria. Es decir, que pueden ensayar, pero cuanto más lejos, mejor. Y si tienen frío o les llueve, pues mala suerte. Ensayen en silencio en sus casas, y así no se mojan.

No entiendo muy bien el sentido de está decisión, pero no creo que sea el de apoyar y salvaguardar una de las señas de identidad de la Semana Santa malagueña. Esperemos que las bandas no se desanimen, y sigan deleitandonos con esos sones que nos evocan momentos inolvidables.

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